Monte Blanco, la duna rampante más alta de Europa.
La duna rampante más alta de Europa se encuentra en el municipio de Ponteceso, justo enfrente a Cabana de Bergantiños, bañada por la Ría en la Costa da Morte (provincia de A Coruña). Se llama «Monte Blanco», precisamente porque era en su totalidad blanca, color que le daba la arena que llegaba hasta su cima. En una próxima actualización subiré foto de como era este monte con mucha más arena (fotos de la década de los 80), ya que poseo fotos sacadas desde la casa de mis abuelos, desde la cual, se divisaba una bonita imagen tanto del susodicho, como de la ría hasta el pueblo de Corme.
Ya el escritor oriundo de Ponteceso, Eduardo Pondal, lamentaba como con el paso de los años esa blancura se iba perdiendo, poniendo como similitud las canas que iban poblando su cabellera y se intercalaban entre sus cabellos oscuros. La pérdida de ese blanco, es provocada porque la vegetación va venciendo a la arena que subía imparable durante siglos por la acción del viento. Estos escritos de Pondal, nos dice que ya en su época (siglo XIX) se veía el deterioro de la duna. Hay que pensar que la creación de una duna rampante es el resultado de muchísimos años. Se estima que para su creación fue necesario aproximadamente 7000 años de viento, sobre todo de las rachas huracanadas de más de 100kmh/h en los temporales con viento del sur (Mi abuela Esperanza, le llamaba «Vendaval» que era el viento que soplaba fuerte del SE). Este viento desplazaba la arena hasta la cima. Se sabe, porque se hicieron análisis de la arena compuesta de cuarzo y feldespato que se formó por la destrucción del granito, y también por el análisis de la arena formada por bioclastos que son fragmentos de las conchas de los moluscos. Esta arena formada por las conchas, tienen la capacidad de disolver el granito por la acción química que le provoca el carbonato cálcico.
Leyendo lo que habla Pondal, con su preocupación por el Monte Blanco, me hace recordar que yo desde mi niñez (década del los 80), también vi la decadencia de esta duna, recordando con melancolía esa montaña blanca que tanto me entusiasmaba.
Sin duda, la acción del hombre modifica y transforma la naturaleza con sus actos, y en este caso, la extracción de arena fue imparable descompensando la lucha entre arena contra vegetación, siendo esta última la ganadora final. O al menos por ahora..
Donde abandonaban a los moribundos en la cima de un castro.
En un lugar de Cabana de Bergantiños (Costa da Morte en la provincia de A Coruña) llamado «Sinde», había la extraña costumbre de subir a las personas moribundas para pasar el trance de la muerte al alto de un pico (llamado «pico de Sinde»). El lugar exacto aún lo estoy investigando, ya que hay otras fuentes que dicen que se llevaban al alto de la croa del castro de sinde (croa: cima o montículo que cubre un castro).
Una vez fallecido el moribundo, se recogía para darle sepultura por el rito religioso. Incluso se subían también a los difuntos con la intención de acercarlos al «más allá». Según la leyenda, en el castro hay un tesoro enterrado por los moros tan profundo que nadie dió con él. Que tendrían los moros que tantas leyendas se crearon sobre ellos y sobre sus supuestos tesoros…. Esta zona atesora muchos yacimientos arqueológicos, tanto del la edad de piedra en el período Neolítico, como en la edad de los metales en los períodos de bronce, o hierro. Quizás el origen de esta costumbre habría que buscarla en nuestros ancestros castrexos. Seguiremos investigando.