La Maja


¿Quien era La Maja de Goya..?

Maja de Goya realmente hay dos, la desnuda y la vestida. Pero durante años solo se conocía una, la desnuda, que es la que ahora muestro. Manuel de Godoy, noble y primer ministro de Carlos IV, fue el propietario de las dos obras.

Esta obra esconde uno de los grandes misterios de la pintura española, ¿a quien pintó Goya?

Es el primero que pinta de manera evidente el vello púbico. Incluso muestra su fina línea de vello que asciende hasta el ombligo.

Aunque la leyenda dice que la mujer es la duquesa de Alba, la mayoría de expertos descartan esta teoría ya que si se compara los retratos de ella con el rostro de la maja, no se parecen en nada. Otro argumento es que Goya pintó las majas poco antes de la muerte de la duquesa, por lo que no podía corresponder a la joven que aparece tumbada, ya que la duquesa era una anciana en ese momento.

El responsable de esta leyenda que incomodó a la familia de la aristócrata, fue el escritor francés Louis Viardot en 1843. De hecho, ni llegó a ver a la maja desnuda, solo a la vestida, expuesta por aquel entonces en la Academia de San Fernando. Y dejó para la posteridad un rumor que hizo fortuna: “se creía que representaba a la duquesa de Alba”.

Este cotilleo persiguió como un fantasma a los descendientes de la famosa duquesa, hasta el punto de que uno de ellos mandó exhumar su cuerpo en 1945 para demostrar que no correspondía con el de la maja desnuda. Se constató que sufría una escoliosis que le provocaba una deformación, lo que no encajaría con el sinuoso y atractivo cuerpo de la maja. Por otro lado, se decía que el rostro visible ocultaba el de la duquesa. Una radiografía desmontó esta otra teoría. Así pues, el cotilleo queda demostrado que no es cierto.

La segunda hipótesis es la más defendida. Podría tratarse de “Pepita Tudó”, amante de Godoy. En 1797 ya hay constancia de su presencia junto a él en la Corte. Además el parecido con la maja parece ser que era sorprendente.

La joven Pepita era encantadora y tenía dieciocho años, doce menos que Godoy, lo que no fue ningún inconveniente para que se convirtiera en su amante. La relación incluso perduró después de su boda con la prima del Rey, la futura duquesa de Chinchón. De hecho, vivían todos bajo el mismo techo y ambas mujeres dieron a luz el mismo año. Como podemos suponer, el escándalo en la Corte era mayúsculo.

En el museo madrileño de El Prado es donde podemos ver y disfrutar de las dos majas. Quizás descubramos viendo su rostro, quien es realmente.