Huracán Hortensia llena los pozos de Arteixo con agua caliente

El huracán «Hortensia», azotó en el año 1984 la comunidad gallega con virulencia. Posteriormente sufrimos los envites de otros huracanes, pero este quedó en el recuerdo de todos los gallegos, hasta el punto de que se le denomina coloquialmente «Hortensia» a cualquier fenómeno metereológico adverso con fuertes vientos. El Ciclón Extratropical Hortensia fue muy mediático, y su llegada a las costas gallegas se fue informando por los medios de la época, teniendo una cobertura informativa sin precedentes, generando cierto pánico en la población. A mí me cogió en mi población natal de Arteixo, que por aquel entonces era un pequeño pueblo donde solo había dos edificios altos de viviendas. Uno era donde vivía yo. Tenía 7 años y vivía en la quinta y última planta. Se esperaba para el día 3 de octubre del 1984 en una franja horaria comprendida entre las 20:00 y las 24:00 horas. En esa tarde estábamos en la terraza viendo como había una calma chicha en el ambiente, y en el cielo no se veía otra cosa que alguna nube dispersa con forma de caracola destacar en el cielo azul. Desde luego que no parecía que un mostruo se estaba acercando. Cuando nos adentramos en el horario previsto, los vientos no superaban los 70-80KM/H y por eso se menospreció, e incluso se pensaba que era una predición fallida. Pero no!!, la virulencia del huracán descargó toda su fuerza en la madrugada del 4 de octubre entre las 5:00-9:00 con vientos huracanados y precipitaciones fuertes, para posteriormente desplazarse y afectar a otras zonas del NW peninsular y Cantábrico, dejando en algunas estaciones registros históricos de viento.

Con el paso de las horas todos fuimos conscientes de la magnitud del fenómeno. Varios muertos, 2000 millones de las antiguas pesetas en pérdidas, un paisaje desolador en las Rías Baixas, especialmente en la ría de Arousa con docenas de bateas hundidas, el 80% de los invernaderos y el ribeiro destrozados en Ribadavia, un sinfín de árboles arrancados de cuajo y numerosas poblaciones durante horas sin luz fueron algunas de sus consecuencias. Y durante el mes siguiente, cuenta la “leyenda” que se secaron numerosos limoneros de las zonas más cercanas a la costa, ya que la intensidad del viento fue tal que arrastró agua de mar a muchas fincas, como el caso de Loira y Seixo pueblo cercano a Marin y donde muchos limoneros se secaron.

Por la mañana la imagen desde mi terraza era desoladora… tejados arrancados y no quedaba una antena en pie. En aquella época no existían las antenas colectivas, y edificios de viviendas como en el que yo habitaba, había una antena por cada piso.. todas dobladas.

Esa tarde fui con mi padre a una casa del cercano valle de Loureda, en el lugar de Cancelo (a un kilómetro aproximadamente del centro del pueblo donde yo vivía), y un vecino y amigo de la familia, nos mostraba con estupefacción como de su pozo salía vapor de agua, y al subir un cubo de las entrañas de ese agujero, el agua estaba caliente.. Al pasar las horas este extraño efecto desapareció.

Investigué sobre este curioso suceso, pero no encontré una explicación proveniente de una fuente experta, aunque seguramente el origen pudo deberse a que en Arteixo hay pozos de agua caliente. Arteixo es termal. Eso lo podemos corroborar por la existencia de varios pozos de aguas calientes en el municipio. Las dos primeras que se tenga constancia de su aparición, son las del «Balneario de Arteixo» (datado en el año 1760), situado en pleno centro de Arteixo, a 20 y 37 grados centígrados. Otra denominada Fuente Santa, en Foxo, a 15 grados y que emana 0,01 litros por segundo. Y una última, descubierta en 1990 en Loureda, que sorprendió a todos por la temperatura de sus aguas, a 57 grados centígrados, y por su intensidad, con 5,8 litros por segundo.

No tengo explicación a lo que originó que el agua caliente manara de los pozos de los vecinos de Loureda en ese día, supongo que tendría origen por la cantidad de agua caída esa madrugada. Y esto provocase que se mezclara el agua de los manatiales. No me parece un argumento válido, ya que desde entonces hubo más ocasiones en las que el pluviómetro marcó cifras tanto o más abundantes que ese día. Sigo intrigado, y a la espera de que alguien pueda algún día dar luz a este suceso, que sin duda, quedará grabado en los que pudimos observar tan extraño suceso.