El Olimpo de los Dioses Celtas está en O Pindo

Monte Pindo, el Olimpo de los Dioses Celtas

Aquí está el auténtico olimpo de los dioses. Majestuosa, imponente, sublime.. se erige esta preciosa dama, que no es otra que la montaña de «O monte Pindo». En lo sucesivo escribiré referiéndome a ella, en género masculino, simplemente porque el nombre por el que se conoce es «Monte Pindo», aunque sería partidario de cambiarle el género.. a que suena mejor decir «montaña», en lugar de «monte»?. Pues a lo que íbamos.. este olimpo lo podemos encontrar en el concello de Carnota (provincia de A Coruña), acariciado y a veces golpeado por el océano atlántico.

El significado de «Olimpo» es «lo más alto entre lo alto». Así le llamaban los griegos al monte donde residían los dioses (de hecho la montaña más alta de Grecia se llama Olimpo). Y no podía ser de otra forma, que la mitología Celta, ubicase en O Pindo el olimpo de sus dioses.

Galicia es un mundo mágico, de eso no tenemos duda. Y como tal, las leyendas son múltiples en nuestra preciosa tierra. Del Monte Pindo abundan creencias populares que se fueron pasando generación a generación.

Las mujeres estériles subían con su pareja a realizar el acto sexual en una roca plana, ya que se entendía que el éxito de ese encuentro estaría asegurado.

Cazuelas dispuestas para lanzarse al amor

La montaña alberga restos prehistóricos, como dólmenes, por lo que nos indica que los pobladores de estas tierras en el Neolítico ya querían acercar sus difuntos a lo más alto, cerca de los dioses.

También esconde unas ruinas de un castillo, llamado «Castillo de San Xurxo». Esta fortaleza se contruyó en el siglo X ordenado por el obispo de Iria Flavia, como protección de los ataques de los piratas. Fueron varias las familias nobles que tuvieron la propiedad, hasta que fue destruido por la revuelta de los Irmandiños en el año 1467. También se le conoce como el castillo de la Reina Lupa que según la leyenda está enterrada allí junto a su tesoro. Debido a esta historia, a mediados del siglo XX, gentes del lugar removieron piedra a piedra en busca del tesoro citado lo que provocó un mayor deterioro del recinto.

Situación del castillo de «San Xurxo»

En el entorno hubo dos castillos más, de los cuales no se conservan restos. Uno de ellos estaba ubicado en una de las cumbres más golpeadas por los vientos.. la cumbre «Penafiel». Aquí hay una inscripción ya media borrada por la imparable acción del tiempo, escrita en latín que traducido dice: «Reyes, obispos y presbíteros alejen a todos de este castillo y lugar bajo pena de excomunión».

Una de las interpretaciones es que fue el clero el que ordenó grabar este texto, como advertencia a quien osase hacer cultos «Litolátricos». Estos cultos se basaban en la creencia de que las piedras oscilantes (también llamadas «penas cabalgadas o abaladoiras», como muestra tenemos «A pedra de Abalar de Muxía»), eran una herramienta adivinatoria de la cultura de los países Celtas. También se utilizaban como la «máquina de la verdad» (actualmente polígrafo). Si el condenado no era capaz de hacer abalar (zarandear) esta piedra, sería sentenciado como culpable (se le llamaban en la edad media, «piedras judiciales»). También se usaban para conocer si una mujer era virgen.. (y se le llamaba «piedra de las vírgenes»).

Entre las numerosas leyendas, tenemos la de la piedra «Druida».

La piedra «Druida» es la del centro de la imagen.

Cuenta la leyenda que estas piedras son los espíritus de los druidas y héroes celtas que para permanecer toda la eternidad en este mágico monte tomaron forma de piedra. La que más sobresale, es la «Druida», y se dice que al colocarte frente a ella y hacer una pregunta aparecerá en la mente una respuesta a lo que estabas preguntando. Una buena excusa para visitar O Pindo, ¿No crees?.

En el punto más alto, conocido por «A Moa», hay unas pías o cazuelas en la piedra, fruto de la descomposición química del granito. Dice la leyenda que después de una gran tormenta, el agua ahí depositada, está bendecida por los dioses celtas, y tienen propiedades mágicas. Tendremos que recoger agua de siete pías distintas. Habrá que hacerlo con las manos, de rodillas, y mirando al Oeste. El fruto de este ritual será una poción mágica..

Otro misterio que esconde el Olimpo, es una cueva llamada «Cova do Acivro», «Curro Seixiño», “Cova da Xoana” o “Reverte Demos”. Aquí acudían los lugareños para buscar remedios que les quitaran maldiciones como “los aires de espíritus” que por allí vagaban. Por otro lado se cree que además de espíritus, las mouras habitaban entre las rocas y desde allí intentaban enamorar y persuadir a alguna de las personas que pasaban por allí.

Cova da Xoana

La Cova do Acivro se formó, por derrumbe de un río que durante miles de años fue formando un valle y en un momento, que aún no se dató, se produjo un desprendimiento de grandes bloques de granito que se fueron asentando sobre la garganta, lo que dio origen a la cueva. Esta nos esconde otro sorprendete misterio. En ella viven unos 300 tipos de bacterias. Siempre se pensó que sin la existencia de materia orgánica, la vida sería imposible, pero en esta cavidad las bacterias viven plácidamente, ya que carecen de radiaciones solares y la humedad es muy alta, haciendo un confortable hogar para ellas. El trabajo incansable y paciente de estas moradoras de la cueva, acabarán por comerse la montaña desde sus entrañas, ya que destruyen el granito. Claro está que no veremos el resultado de este arduo trabajo a corto plazo.

La Reina Lupa controlaba los montes situados en la zona de «Finis Terrae» (el fin del mundo conocido antes del descubrimiento de América). Unos gigantes guerreros la defendían. Estos eran las piedras que se encuentran llegando a la cima.

Monte Pindo Rocas gigantes
Piedras con forma de gigantes, cuidadores de la Reina Lupa.

Cuenta la leyenda que las meigas hacían aquelarres durante la noche de San Juan y que al finalizar, se montaban en sus escobas para recorrer volando este maravilloso paraje. Esta leyenda hace venir a mi mente el poder que sin duda tienen las mujeres del pindo… pobre de ti que te digan que «tienes mala cara»… señal inequívoca de que el fin de tus días está cerca..

¿Te imaginas que buenas vistas tendrían montadas en sus escobas para hacer unos inmejorables «selfies»?.

Pues el «Monte Pindo», además de ser un punto mágico por muchos motivos, también fue un volcán. En la época que el único continente era Pangea, hace unos 350 millones de años , este volcán estaba en pleno apogeo. Después la acción del tiempo con la erosión que conlleva, comió la parte externa del volcán, hasta que quedó la base de granito que ahora conocemos.. una sierra granítica de 627 metros, que todo aquel que la descubre, quedará hechizado por su magia para el resto de sus días..

Vista desde la cima «A Moa»