Carcamáns, pobladores de A Illa de Arousa

Escudo de la Peña Carcamáns (A Illa de Arousa).

Pocos textos me ocuparon tantas horas de investigación, y al mismo tiempo, me provocaron tanta pasión e intriga. Quería descubrir cual era la causa de que a los habitantes de A Illa de Arousa se les llamara CARCAMÁNS. Como resultado te cuento…

Los pobladores de Arousa, isla situada en la Ría de Arousa (Pontevedra), se les conoce como “Carcamáns”. Incluso la peña futbolística más grande del Celta de Vigo, lleva este nombre, y es originaria de esta isla. Tienen su sede en «A Taberna dos Baláns».

Son muchos los que escriben y dicen que estos eran piratas italianos que encontraron cobijo para esconder sus tesoros en la isla. Esta es una explicación romántica, pero la realidad, quizás sea otra.

Vamos a indagar en el origen de este mote, y para ello, es necesario empezar investigando de donde viene este peculiar nombre.

Rebuscando en la hemeroteca y en escritos de historiadores, encontramos que se les llamaba carcamanes a los italianos que navegando en sus goletas llegaban a España porque el destino era Flandes. Esto sucedía en los siglos XVII y XVIII. En ese trayecto, hacían recalada en tierras gallegas. La intención era vender diferentes mercancías que traían de su tierra. Entre estos productos se encontraban los textiles. Hoy en día es conocida mundialmente la industria textil italiana, y vemos que en aquella época ya despuntaba como potencia en este producto. El destino era Flandes por ser un epicentro del comercio de la época.

Estos mercaderes llegaban a Galicia en verano, y se iban pasado el invierno. Era en primavera cuando volvían a su lugar de origen a cargar otra vez las preciadas telas y se reiniciaba el ciclo.

La prensa hablaba sobre esto en el año 1938:

El puerto principal donde recalaban era la localidad de A Costa da Morte, llamada Camariñas. Incluso se cree que el famoso tejido de este pueblo, el encaje de Camariñas, tiene su origen en el país itálico. Aunque no podemos pasar por alto que en la vecina Muxía también tuvieron su presencia.

Ría de Camariñas.

Una leyenda conocida en la Ría de Camariñas, cuenta que uno de los tantos barcos italianos que pasaban frente a la Costa da Morte, naufragó en esta peligrosa costa. Los habitantes de Camariñas ayudaron a los supervivientes, y en gratitud por la ayuda prestada en forma de alojamiento y comida, una dama italiana que viajaba a bordo, enseñó a palillar a las mujeres del pueblo.

Sea cierta esta leyenda o no, lo que está claro es que existió durante años un intenso trasiego comercial entre Italia y Flandes, por lo que era muy fácil que en algún momento de la historia o por la razón que fuese, las mujeres de A Costa da Morte tuvieran la oportunidad de aprender la técnica de tejer encaje palillando.
Existen documentos en los archivos municipales italianos de Ferrara del año 1469 donde ya se menciona el encaje.

Mujer tejiendo un encaje palillando.

Estas goletas llevaban a bordo mujeres que iban palillando, de ahí la explicación de que en el naufragio hubiese alguna fémina entre los supervivientes.

Parece ser que cuando ese comercio ya no era tan rentable, muchos decidieron establecerse en nuestras tierras formando familias. Prueba de que se quedaron, la tenemos en el historiador nacido en Ferrol en el año 1822, Benito Vicetto. Era hijo de un mercader italiano que se casó con una mujer ferrolana. De esta unión nació Benito.

Benito Vicetto, historiador ferrolano hijo de un Carcamán Italiano.

Publicado en el 1971.

Aquí la historia muestra sus contradicciones, ya que si algunos historiadores hablan de que dejaron de mercadear por nuestras costas a principios del siglo XVIII, difícilmente el historiador ferrolano pudiera ser hijo de un carcamán italiano, si el de Ferrol nació en el 1822 (siglo XIX).. quizás sería nieto.. pero no vamos a desviarnos del tema.

El origen de la palabra carcamán no está claro. Hoy en día la RAE dice: “Persona de muchas pretensiones y poco mérito” y otro significado es “Buque grande, malo y pesado”. Esta última definición no se le puede atribuir a las embarcaciones de los italianos, que cruzaban el Mediterráneo y surcaban el Atlántico hasta Flandes. Además, se sabe por escritos, que navegaban en goletas, que eran buenas naves que se usaban para realizar largas travesías.

La goleta era un buque capaz de alcanzar gran velocidad en ceñida o través y se empleaba de forma semejante al bergantín, aunque la primera se utilizaba para actividades mercantes. De forma parecida al bergantín, aunque por su menor tamaño se destinaba más a actividades mercantes de cabotaje.

Goleta italiana.

Volviendo a Arousa. Existen testimonios de los carcamáns en lugares como la ensenada de los carcamáns en Bueu o en la playa dos carcamáns en A Illa. Un poco más adelante aclaramos esto.

Otra hipótesis del origen carcamán isleño tiene su fruto en la batalla de Elviña (A Coruña). En el año 1809, la tropa francesa se batía con la tropa inglesa del general John Moore. Los Franceses salieron vencedores y comenzaron la ocupación de Galicia. Cuando asediaban Vigo, un ejército formado por gallegos dirigido por Cachamuíña, luchaban contra los franceses en la ciudad olívica. Se dice que este ejército gallego se abastecía de armas y alimentos gracias a la ayuda de isleños que llevaban en sus embarcaciones estos materiales a Vigo. Fueron escogidos estos, porque se conocía que A Illa históricamente era una tierra que vivía al margen de la autoridad civil, seguramente por su aislamiento. Y por este motivo no se les controlaba. Además eran buenos navegantes y construían sus propias embarcaciones, a las cuales se les llamaba carcamáns y quizás así adoptaron el mote los navegantes de estos barcos.

Una vez terminada esta guerra, la economía cayó en un profundo pozo. Algunos historiadores dicen que los isleños comenzaron con el negocio del contrabando para subsistir, aunque hay registros de que ya se dedicaban a este negocio ilegal siglos antes. En aquella época el negocio ilícito se centraba en el tabaco de picadura, azúcar, aceite y otros. A partir de ahí se les llamaba despectivamente carcamáns, y se sabía de la facilidad que tenían para el negocio clandestino por la falta de autoridad civil que en la isla existía.

Un informe datado en el año 1826 redactado por Don Pedro Antonio González, cura de A Illa, que envió al arcebispado de Santiago, decía:

  • … En la actualidad no hai escándalos públicos, de que pueda dar parte. Bastante huvo causados por los individuos de los barcos contrabandistas, llamados comunmente Carcamanes, y una chusma de mujeres forasteras, nada honestas, que concurrian impugnemente á este pueblo, sin que ninguna autoridad, hasta la del Excmo. Sr. Capitán General deste Reino de Galicia la pudiera remidiar, sin destacar suficiente número de tropa á esta Isla; y sin duda seguirían estos males, si nuestro Govierno no huviera destinado buques de guerra para su exterminio …”
  • … El cura párroco de San Julián de la isla de Arosa en el arciprestago de Salnés, libre en la actualidad de los continuos insultos y temores que ha sufrido cerca de dos años de unha chusma de contrabandistas corrompidos llamados vulgarmente Carcamanes, entre quienes tubo la desgracia de vivir desde el primer día de su residencia …”

Al conocer la ruta que realizaban los carcamáns de A Illa, tiene lógica que utilizaran la «Enseada dos Carcamáns» en la Ría de Pontevedra como abrigo o escondite. Esta ensenada estaba donde actualmente se sitúa el puerto Beluso. Y en la playa dos carcamáns de A Illa, que hoy no es playa, seguramente se utilizaba para fondear las embarcaciones. De hecho, actualmente esa supuesta «playa» está próxima al puerto do Xufre.

Playa dos Carcamáns.

Ensenada dos Carcamáns.

Publicado en 1988.

Concluyendo, tenemos varias ideas del origen de los “carcamáns”.

Por un lado están los mercaderes de telas que venían del Mediterráneo, que quizás no tenga ninguna relación con el origen del mote isleño. O pudiera ser que este apelativo quedara en las mentes de los gallegos, volviendo a utilizarlo para definir a las embarcaciones de los isleños y a sus navegantes que abastecían al ejército gallego en Vigo. Aunque se sabe que en la Ría de Arousa el contrabando viene de antigüo, de épocas anteriores incluso de lo que dicen los historiadores cuando cuentan que se empezó a contrabandear al finalizar la batalla de Vigo. Y prueba de esto es un documento hallado donde se relata un juicio eclesiástico contra el padre maestro Balboa, prior de Vilanova de Arousa, encarcelado en 1694 por comerciar ilegalmente con tabaco. Los métodos del padre Balboa no difieren en lo esencial de las estrategias urdidas por sus paisanos en los siglos siguientes: mercancías valiosas, buques con tripulaciones experimentadas, un sistema para comunicarse durante la travesía, descargas nocturnas en playas solitarias, almacenes clandestinos en tierra y complicidades de alto rango.

Fuese como fuese, vemos que cuanto más se investiga, más incertidumbres encontramos. Aquí queda bien la frase del filósofo griego Sócrates: «solo sé, que no sé nada».

Es mejor quedarse con las leyendas, que aunque no sepamos si son ciertas, si nos las creemos, ¿quién nos va a rebatir?.

Una de estas leyendas, la escribe Castelao en su libro «Cousas de Castelao» en el capítulo «Cova dos Carcamáns». Relata que existía una bella dama encantada que se peinaba al amanecer sentada en una piedra de la orilla del mar. Cuenta como en una marea viva descubrió que una redonda piedra cubierta de algas verdes, era realmente una calavera. Dice que quizás fuese el cráneo de la desaparecida y hermosa mujer.

Os Carcamáns son los habitantes de esta maravillosa isla llamada Arousa, y punto.

Pepe Cundíns, 2021.